La siembra de propósitoses un acto íntimo y comunitario a la vez, que realizamos en nuestra Escuela como parte de un rito de otoño celebrado al inicio del año escolar, cuyo fin central es definir y entregar al universo la semilla de un propósito a lograr durante el año. Para ello, en cada curso, se construye una ofrenda-altar para luego realizar una ofrenda colectiva que se entrega a la tierra, en consonancia con el ciclo natural del comienzo del otoño. Por este tiempo queremos agradecer colectivamente, con nuestra única ofrenda vital: el corazón.
Lo fundamental ocurrirá en el círculo de la mañana, donde sobre un manto, una vela (símbolo del fuego) y papeles en blanco previamente cortados, en los que los niños y niñas harán la escritura o dibujo de sus propósito. Ese día, luego de disponer de semillas, frutos secos y/o flores , los profesor@s usan música, motivan un canto, invitan al silencio o leen un texto en un clima de introspección y calidez. Todo culmina en una ofrenda colectiva que se entrega a la tierra.
Es importante para el niño o la niña sentir los cambios estacionales porque ello les conecta con la Naturaleza y los vuelve conscientes de sus propios ritmos. A los niños y niñas hay que hacerles partícipes de la preparación y el cambio, para que pueda experimentar como se modifica todo con el paso del tiempo y como periódicamente todo vuelve a empezar.